Observar la naturaleza,
estudiar sus productos, buscar las relaciones generales
y particulares que han ido imprimiendo en sus caracteres
y, finalmente, intentar comprender el orden que hace
imperar por todas partes, así como su funcionamiento,
sus leyes y los medios infinitamente variados que emplea
para dar lugar a este orden, es, desde mi punto de
vista, ponerse en camino de adquirir los únicos
conocimientos positivos que se encuentran a nuestra
disposición, los únicos, por otra parte, que pueden
sernos verdaderamente útiles y al mismo tiempo nos
pueden proporcionar las satisfacciones más dulces y
limpias capaces de aliviarnos de las inevitables penas
de la vida.
Jean-Baptiste
Lamarck (1744 - 1829) |