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Arenas de diferente consistencia y color se mezclan en la bajada a la cuenca del Salar de Atacama.

El interior de la Cordillera de la Sal se parece a un museo de arte surrealista al aire libre.

Un enorme macizo de sal se alza encima de los demás cerros.

Esta es pura ciencia-ficción. Varias serranías rodean en círculos concéntricos un enorme cerro de sedimentos en capas horizontales protegidos por un estrato volcánico encima.

Una fuerte falla inversa geológica levantó los antiguos sedimentos para los cielos.

Al atardecer la Cordillera de la Sal despliega toda su magia

Simetría y repetición perfecta de los elementos morfológicos representan probablemente el carácter más sobresaliente de esta cordillera tan incomparable.

Se muere otro día en la lejanía de los Andes.

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