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Flor de Urmenetea atacamensis y hojas de
Hoffmannseggia minor |
El desierto no sería desierto sí no fuese desierto –
frase tonta, pero es una verdad que contrasta con la
opinión errada de que en los desiertos todavía existe
vida escasa – arbustos, líquenes, cactos, moscas,
alacranes, culebras... La verdad, en el centro del
Desierto de Atacama entre Cordillera de Domeyko y
Cordillera de la Costa ni existen bacterias, dicen que
sea el único lugar al mundo clínicamente limpio. De fama
mundial es el desierto florecido, un fenómeno que
acontece en primavera de años lluviosos con intervalo de
unos cincuenta años, cuando de las tierras áridas brotan
millares de flores multicolores. Sin embargo eso se
refiere a la antesala del desierto entre Vallenar y
Copiapó, unos seiscientos kilómetros más a sur de
nuestra Cordillera de la Sal. Como la Cordillera de la
Sal tampoco se encuentra en el Desierto de Atacama, sino
en la Precordillera que recibe anualmente varias
precipitaciones, alberga alguna flora rara que aparece
en las épocas de lluvia o vive en terrenos aptos
nutriéndose de la humedad en el aire.
Un asunto que mucho me extrañó es que con los miles de
kilómetros que caminé por esta zona en las épocas más
áridas y sin vida visible, con cada vez que crucé el
camino internacional al Paso de Jama o al Paso de Sico,
encontré gran numero de flores inmediato al pavimento
del camino. La revelación del misterio se me ocurrió con
una mirada a la física de la combustión en los motores
de los fétidos vehículos que transitan por aquí. Es que
quemando los hidrocarburos del combustible (o sea
oxidando hidrógeno y carbono) uno entre los productos de
deshecho es agua pura. Así que los gases tóxicos que
salen de los escapes también son húmedos – y aquí está
el motivo de las flores, su razón de vivir ¡Esto es
indignante! |
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Urmenetea atacamensis Phil. - Coca del suri |
La Urmenetea atacamensis se encuentra exclusivamente en
esta región a orillas del desierto. Las hojas de esta
plantita están perfectamente mimetizadas y sin flores
quedan casi invisibles a los ojos de los gulosos
guanacos que de vez en cuando se aventuran hasta aquí.
Sin embargo las hojitas éstas tiene su aquél – son
levemente alucinógenas. Por ello a esta flor le han dado
el nombre popular de coquilla, de coca del desierto o de
coca del suri (el suri o ñandú es el avestruz andino que
a menudo se encuentra por la inmensa planicie del Salar
de Atacama). Los antiguos Kunzas la llamaron kótar y al
parecer el efecto narcotizante no le agradó mucho pues
el verbo kunza “ckot-tatur” significa “enfermarse”, el
verbo “ckotatur” dice “revolcar”. Pero talvez aludían a
su uso medicinal como mate contra la fiebre, contra la
puna (mal de altura) o, siendo masticada, contra el mal
de huesos.
El naturalista Alemán Rudolph Amandus Philippi que
exploró esta tierra en 1854 nos cuenta en su libro
“Reise durch die Wueste Atacama” (Halle 1860),
investigando en San Pedro de Atacama:
- Por los pedregales de San Pedro de Atacama sólo se encuentra
Cachiyuyo (Atriplex atacamensis Phil.), Ricarica (Lippia
trifida Gay), Brea (Coldenia atacamensis n. sp.) y una
bonita Synantherea, que llamé de Urmenetea atacamensis.
-
→Información taxonómica de Urmenetea atacamensis |
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Urmenetea atacamensis y
Hoffmannseggia minor |
Es muy común que varias flores diferentes convivan en el
mismo punto, aprovechando así entre ellas con abrigo del
sol y del viento, más oportunidad de fecundación por los
insectos y del fertilizante por materia seca de las
plantas. |
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Hoffmannseggia minor |
Aquí tenemos al K'unchu (Hoffmannseggia minor), plantita
divulgada por todos los Andes de los trópicos del
Capricornio. Le gusta el suelo arenoso para bajar su
raíz que se parece a un hilo largo de medio metro con
varias papitas crocantes comestibles. |
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Huidobria fruticosa |
Típico para todas estas flores de desierto es el fino
pelambre que cubre completamente las plantas como
terciopelo. La función se manifiesta al gélido amanecer,
cuando miles de gotitas microscópicas condensadas en los
pelitos brillan en la luz del sol que se levanta. De
esta manera hasta la Cordillera de Domeyko en su falda
occidental hacia el Desierto de Atacama lleva una
discreta vegetación que consigue nutrirse de la
poquísima humedad en el viento que llega del Pacífico.
Con este arbusto aquí se trata de una rareza endémica de
Atacama. En la ciencia botánica se llama Huidobria
fruticosa, miembro de la familia de las Loasaceae.
Dice el Cuaderno N° 16 de lo Estudios Atacameños, 1998: |
Especie de subarbusto muy raro en la región. Solamente
observado en los alrededores de Peine (una aldea a
orillas del Salar de Atacama al sudeste). Fue llamada
Quebrolla por los dos informantes de Peine que nos
llevaron al lugar donde crecía. |
Y la Universidad de La Serena, Departamento de Biología,
menciona: |
Huidobria fruticosa, categoría de conservación =
Insuficientemente conocida (¿extinta?) |
Sin embargo la única investigación sólida parece ser
aquella del botánico Alemán Dr. Jürke Grau, publicada en
la revista Sendtnera, Volumen 4, Múnich 1997, pp.
77...93, "Huidobria, eine isolierte Gattung der
Loasaceae aus Chile". |
Vea la
→Referencia de este trabajo en la web
O baje
→Sendtnera, Vol.4, München 1997 (pdf, 1.47MB)
en Alemán,
resumen en Español. |
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Huidobria fruticosa |
De las abejas existen veinte mil especies conocidas y se
supone que todavía queden más para descubrir. Esta
silvestre amiga trabajadora con sus lindos ojones verdes
se encuentra también al opuesto lado oriental de los
Andes y me acuerdo de haberla visto hasta a cuatro mil
metros de altura.
→Información abejas (Inglés) |
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Cistanthe celosioides (familia Montiaceae) |
Cuando terminen las lluvias y la arcilla en los valles
se pone secándose, de las fisuras de secamiento brotan
millares de esta flor que forma arbustos hemisféricos y
le dan una tierna tinta violeta al fondo de varias
quebradas. |
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Krameria sp. (familia Krameriaceae) |
Este típico representante de la flora Andina se
encuentra hasta encima de los cuatro mil metros de
altura, donde todo el año de noche la temperatura queda
bajo los cero centígrados. La florcita mide unos ocho
milímetros de diámetro.
El género de la Krameria cuenta con unas veinte
especies. Las abejas silvestres visitan las flores para
recoger aceite.
→Información Krameria |
→
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