Se dice, que en tiempos remotos Cuzco, Cosuña, Coracora,
y Chillima (los volcanes sobresalientes a nordeste del
Salar) hacían sus viajes hacia los valles, para
aprovisionarse de algunos productos como maíz, frutas y
otros para el sustento de sus familias, llevando por su
parte productos de la región a lomo de llama como se
hace hasta ahora.
Durante estos viajes
anuales de los galanes a los valles, llegaron a conocer
a la bella Tunupa, y cuentan que fue Cosuña el primero
en enamorarse de la bella mujer, conviviendo con ella
hasta producir el primer fruto, que fue una criatura, un
hijo. Pero al cabo del tiempo ambos amantes sufrieron
las consecuencias de los celos, que nacieron en el varón
acerca de su vecino, el Cuzco, y que quisieron resolver
con bravas peleas entre ellos. Pero provocaron el
abandono de Tunupa y la entrega de su hijito al papá
Cosuña, de color muy parecido al de Tunupa. De esa forma
la bella mujer comienza a tener problemas con sus
galanes del altiplano.
A raíz del conflicto entre
Cosuña y Cuzco, Coracora aprovecha la ocasión de
conquistar a la bella mujer Tunupa y, seduciéndola
después de haber entregado a su hijo al papá, se van
conviviendo en un largo viaje. Llegan a un lugar llamado
Santura, donde se cuenta que han vivido y que han dejado
una Taquiraña para beneficiar la quínoa y también una
Khona. Pero, como el pecho de la bella mujer estaba
lleno de leche que no podía consumir su lactante, tuvo
que dejarlo chorrear en el lugar llamado Jyayo Khota.
Allá en una hoyada hoy se ve la huella de un blanco
salar.
Siguieron su caminar hacia
la región de Salinas y Tagua, donde también convivieron
un tiempo no muy largo, pero lleno de felicidad. Aquí se
habían comprado prendas de vestir para Tunupa.
También esta felicidad se
truncó por los celos de Coracora hacia Tunupa. Tunupa
cae en amores con un nuevo galán, Chillima, de la misma
región y, cuando están decididos a convivir, Coracora y
Chillima se enfrentan en un duelo a muerte. Chillima
está muy bien armado, incluso con una cuchilla, que hoy
podemos observar como una pequeña isla en el salar que
recibe el nombre de Cuchilla. Chillima, patea con furia
a Coracora y le revienta la vejiga de la orina,
dejándolo herido de muerte. Hasta el día de hoy sigue
rezumando agua en todo su entorno. Pero Coracora
consigue golpear con fuerte puñete a Chillima, al que se
le puede apreciar hoy en día la falta de un diente.
Cuentan que entre ellos se
decían:
- Chillima te saqué los
dientes... -
- Yo también te reventé tu vientre... -
Coracora, que se sentía
vencido por Chillima, reclama de Tunupa las abarcas que
le había regalado. Desdeñosa, decide devolverlas
arrojándoselas a Coracora. Todavía puede verse como dos
cerritos parecidos a un par de abarcas, que se
encuentran ambos lados en la población de Salinas.
Después de la reñida
pelea, Chillima, sintiéndose vencedor, queda al mismo
lado de la bella mujer, solamente separados por una
pequeña abra, pero en estrecha convivencia. Tunupa,
llena de la leche que no pudo mamar su hijo abandonado a
su padre, la hizo ir saliendo en abundancia
constituyendo el gran salar, que es un maravilloso don
para la región entera. |