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Caravana de llamas. Los animales están amarrados por el rabo y el pescuezo |
Pueblos y culturas en el litoral del Pacífico estaban separados de los asentamientos precordilleranos Atacameños por una barrera mortal – por la estrecha y larga franja del Desierto de Atacama. La única agua que consigue llegar desde la Cordillera hasta el mar pasa por el Río Loa, que entre el Salar del Miraje al oeste y el oasis Chiu Chiu al este cruza los cien kilómetros más crueles del desierto, dando así sustento a las caravanas que se atrevían a la travesía. De Chiu Chiu hasta el Salar de Atacama con los oasis Atacameños quedan otros más cien kilómetros, los más difíciles, pues hay que cruzar la Cordillera de Domeyko por un camino completamente sin agua ninguna. Desde el paso en la cresta de la Cordillera de Domeyko este camino importante bajaba al oriente hacia la cuenca del Salar de Atacama tomando por la Quebrada de Tambores para cruzar el Llano de la Paciencia y llegar finalmente a la Cordillera de la Sal en un sitio con algunos enormes peñascos de piedra volcánica al fondo de una quebrada que abre camino hacia el cercano asentamiento Atacameño de Catarpe en el Río San Pedro. Los indígenas que afortunadamente bien llegaban a la Cordillera de la Sal, para agradecer a los dioses el favor concedido, pegaban el "acullito" (la bola de coca que masticaban) a uno de estos peñascos que hoy en día todavía lleva el nombre de Piedra de la Coca. Sea por este camino o sea por los caminos longitudinales que interconectaban los oasis de la Precordillera bordeando las faldas de la serranía por las quebradas del Río Grande, Río Salado, Río Loa y otros más, por muchos siglos transitaban las caravanas de llamas con mercadería y gente proveniente de regiones y de culturas distintas, como los Collas, Tihuanacos, Humahuacas, Diaguitas, Lípez, Chichas, Incas y por supuesto los Atacameños. Y todos ellos testimoniaron su presencia con miles de dibujos picados y grabados por las rocas que bordeaban sus caminos solitarios por desierto y Cordillera. Así que hoy en día este patrimonio cultural representa algo como una ilustración del pasado precolombino de las culturas andinas, todavía en espera del descubrimiento y de la interpretación por la arqueología internacional y de su protección consecutiva, pues con el acceso a nuevos yacimientos minerales, acueductos y gasoductos, recién llegan también turistas incultos, imbéciles e irresponsables con sus coches a algunos de estos santuarios, acabando por destruirlos, rayándolos y grabando sus nombres encima de las artes rupestres. |
Pachacamac, gobernador del universo |
Empecemos por el petroglifo arcaico, el tipo más antiguo, que se refiere al dios universal, al poder sumo que gobierna y mantiene la orden del universo, presente de cualquier una forma en todos credos y confesiones mundiales. Aquí en las antiguas culturas andinas está representado por Pachacamac con ojos, cejas y nariz, marcando su presencia por doquiera que uno vaya.
En Quechua: Pacha = La Tierra, El Mundo, El Tiempo
Antiguamente, muchas rocas lisas y orientadas hacia el
sol naciente o poniente estaban recubiertas con
innumerables ojos de Pachacamac. Más tarde el culto a
este misterio abstracto y altamente filosófico perdió de
importancia, aumentando de poder el principio femenino y
material con la Pachamama, la Madre Tierra, y ella no
precisaba de representaciones, pues todo lo que vemos y
tocamos en nuestra tierra es Pachamama. Entonces las
líneas picadas y rayadas de las representaciones de
Pachacamac se convirtieron en llamas, pájaros, caciques
y sacerdotes, como veremos más abajo. |
Pachacamac convertido en cazador y presa |
Aquí se manifiesta el cambio del culto de Pachacamac a la más práctica magia de caza. Parte de la ceja de Pachacamac fue usada para la reproducción del cuerpo del pájaro – probablemente una perdiz común (Nothura maculosa). El cazador con arco y flecha está sentado en la misma ceja de Pachacamac, entrando así un deje de humor en la escena. Igual que en muchas otras representaciones de caza por el mundo, también aquí el tamaño del cazador es muy inferior al cuerpo de la presa, marcando así su importancia inferior. La invención de arco y flecha en la prehistoria significa un esfuerzo y cumplimiento mental por cierto superior a muchas grandes invenciones de nuestra época. El asunto que fue inventado independientemente en varias culturas, épocas y continentes es más una prueba de que nosotros los humanos nada inventamos sino simplemente observamos la naturaleza y la interpretamos (eso lo dice uno que pasó su vida profesional de científico encerrado en laboratorios). Es digno de atención que la técnica de manufactura del petroglifo aquí fue refinada, llegando de simples líneas picadas a una representación en bajorrelieve. En épocas más avanzadas las representaciones quedaron ejecutadas con menos esmerado, siendo rayadas no más. |
Representaciones homínidas en alta abstracción |
También este paredón al inicio estaba encubierto por puras representaciones de Pachacamac. Los presentes rostros del dios antiguo inspiraron a una reproducción del ser humano con un grado de abstracción simplemente genial. El hombrecito de la izquierda fue retocado más tarde con líneas rayadas. Al contrario de la ignorante opinión pública, los dibujos abstractos no son los más primitivos sino los más avanzados. La abstracción progresiva es característica de cualquier desarrollo cultural. Cuando Picasso dibujaba sus hombrecitos al estilo de los párvulos no era porque no fuese capaz a mejor, sino porque estaba a la vanguardia del arte. |
¡Hola, qué tal! |
Aquí vemos el lado derecho de la pared en la foto de arriba. Los hombres de los petroglifos en general tienen tres dedos, algunos pocos tienen cuatro. Los petroglifos en la parte inferior quedaron muy deteriorados por las aguas del río – normalmente un riachuelo con un metro de ancho y pocos centímetros de agua – que llegó a un caudal alto un metro con cincuenta en la quebrada con cincuenta y seis metros entre pared y pared. |
Ya que para los nuevos dibujos no podían quitar los viejos con la goma de borrar, los aplicaron simplemente encimas de los que ya estaban, usando posiblemente algunas líneas ya existentes para facilitar el trabajo. Así es que en algunos lugares una inmensidad de petroglifos están superpuestos uno encima de otro en una enorme confusión y hay que conocer bien los motivos usados para distinguir algo. |
¿Será un pescador en su barquito que está tendiendo las redes? Los dos de encima son hombres jaguaros (caracterizados por los colmillos), símbolos comunes en varios entre los cultos más antiguos de las viejas culturas andinas, así en la cultura Chavín en Perú (900 – 200 a.C.) o en San Agustín en Colombia. Además estaba y todavía está difundido por los Andes el concepto de que cada ser humano tiene un doble en el mundo animal – un alter ego, representado en muchos de los casos por felinos, que aparecen en los petroglifos juntos con el dignatario. Los indígenas de Norteamérica hasta llevaban los nombres de su alter ego animal. |
Esto definitivamente no es cosa de Atacama. El mono se encuentra en varios petroglifos a lo largo de un camino de caravanas que conectaba con el Altiplano a nordeste. Siempre representado en esta misma posición, normalmente se apoya en un palo que tiene en sus manos. Hay representaciones abstractas rayadas, otras están hechas con mucho cuidado, naturales y detalladas, como esta de aquí. Por cierto este animal era relacionado con alguna historia, algún símbolo, algún culto. |
Aquí estamos en la Cordillera de Domeyko en un sitio
probablemente habitado continuamente por llameros y
cazadores. Por esta serranía existen todavía algunas
pocas pozas naturales de agua, así que corta población
perenne no se excluye de por sí. Varias cuencas en las
rocas conteniendo pequeñas bolas de piedra se parecen a
algo como una calculadora, talvez para controlar el
pasaje de caravanas o para administrar mercancía. Hoy en
día este sitio es usado de dormitorio por un rebaño de
guanacos, los silvestres primogénitos de la llama, que
es producto de domesticación del guanaco. Los
petroglifos son muy viejos, con dibujos naturales. El
guanaco macho de arriba con las uñas detalladas es el
único que he visto representado con los genitales.
Además tenemos a un felino manchado – un jaguar
(Panthera onca) o más probable un gato andino
(Oreailurus jacobita)*, hoy animal en vía de extinción.
Además vemos a perdices y a bubos, probablemente el bubo
cornudo (Bubo virginianus), el más grande entre los
bubos del planeta que ya no se encuentra por aquí. El
bubo debía de tener un papel sobresaliente en este
asentamiento, pues vuelve a repetirse en varios más
petroglifos. Su atención me acuerda un poco el culto a
las harpías que encontré por los cerros de Asía Menor,
pájaro encargado a traer las almas de los difuntos para
el otro mundo. |
Todavía en el mismo asentamiento de arriba, en este
peñasco sobresale particularmente el arte rupestre a la
izquierda, de manufactura más joven. Parece ser un
mándala, una representación esquemática del macrocosmos
y microcosmos, de la orden del mundo y del universo, así
conocida en el hinduismo como también en el budismo
entre otras más culturas. Correspondencias con
representaciones en Norte- y Sudamérica están
comprobadas. Se trata principalmente de un símbolo a
titulo de punto de concentración para meditaciones. |
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